Una mesa para todos

En un mundo lleno de etiquetas y grupos excluyentes, se hace necesario hacer un lugar en la mesa para el marginado, para que deje de comer migajas y se siente junto a otros a la mesa. Incluir al Excluido es la tarea en este mundo. Salgamos en búsqueda de los que no están, hagamos un lugar al marginado en la mesa de la felicidad.

martes, 4 de enero de 2011

Vivir como Cristo


No ha sido un tiempo fácil para los católicos. Hemos sido atacados y perseguidos, muchas veces con ignorancia y mala intención, otras veces, enrostrándonos nuestros errores y miserias con justa razón. Se han cometido errores, pero hay muchos que juzgan desde la ignorancia, y ese es el problema, que juzgan. Esos que acusan a la iglesia de Juzgadora e intolerante, hacen lo mismo con los miembros de esta iglesia, generalizando y olvidando que en todo hay bien y mal.

Sin embargo, este es un llamado de atención. Es un llamado a un actuar enraizado en el evangelio, que denuncie la injusticia y la maldad, a no callar los actos indebidos, sino, a crecer en transparencia. La tarea está en recordarles a todos que el evangelio es dar la vida para dar vida, es una entrega de amor gratuito en caridad y verdad, con transparencia y justicia. Y en ese actuar, llevar la liberación que Cristo ofrece a toda la humanidad.

No puedo decirle a alguien que critica los abusos sexuales de miembros de la iglesia que esta equivocado, pero puedo decirle que desconoce a la iglesia, su obra y a los miles de hombres y mujeres que dan la vida para que otros tengan vida, eso se les olvida a muchos. No quiero compensar errores con virtudes, no señor, quiero denunciar las distorsiones y los errores de una iglesia que se ha equivocado mucho y que debe profundizar en su experiencia de Dios, pero, a la vez, hacer notar que no solo hay errores, también hay virtud, y la idea es que la virtud suprima al error, con amor y verdad, como el mismo Cristo.
Pero no importa, siempre ha sido así y quizá no cambie, lo que tiene que cambiar es el mundo, y para eso necesitamos estar comprometidos y radicados en la praxis de  Cristo, en el evangelio liberador. Dios es amor y libertad, hay que dejarse llenar por Cristo, que sea él quien viva en nosotros, que nuestro modo de proceder sea el modo de proceder de Cristo.

No queda mucho más por decir, pero queda mucho mas por hacer, y ese es el llamado, a ser testigos y testimonio del amor del señor, de la transformación que Cristo produce en la vida, aquí en la tierra, en la forma de vivir y pensar, hasta de sentir y amar. Guíanos Jesús a ser mas como tu, a ganar en transparencia y amor, en valentía y verdad. Ayúdanos a ser activos, a hacer mas que a decir, a ser más que parecer.
Danos de tu fuerza y amor, para vencer nuestra debilidad, y así, poder amar  como amaste Tú y servir como serviste Tú

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