Una mesa para todos

En un mundo lleno de etiquetas y grupos excluyentes, se hace necesario hacer un lugar en la mesa para el marginado, para que deje de comer migajas y se siente junto a otros a la mesa. Incluir al Excluido es la tarea en este mundo. Salgamos en búsqueda de los que no están, hagamos un lugar al marginado en la mesa de la felicidad.

martes, 26 de octubre de 2010

En tus Manos



Hace unos días atrás, Fundación Educación 2020 impulso una nueva campaña ciudadana para el mejoramiento de la educación. La web entusmanos.cl, entrega al ciudadano “de a pie” varias herramientas para generar conciencia y ayudar activamente al mejoramiento de la educación.
Posters descargables, presentaciones sobre la realidad de la educación y una guía de voluntariados dirigidos a la educación de los más vulnerables son elementos destacados de En tus Manos. Lo lindo de todo esto, es, que tú y yo podemos ayudar. La acción ya no queda radicada en las autoridades políticas ni en las autoridades de Educación (si es que en este ámbito a verdadera “Autoritas” hoy) sino, en cada uno de nosotros, pegando posters, mostrando la presentación de datos que entrega la pagina, inscribiéndote de voluntario y tantas otras cosas. Tenemos la oportunidad de influir en una educación de calidad, que llegue sobre todo a quienes tienen menos posibilidades de acceder a ella, los niños provenientes de sectores socio-económicos más vulnerables.
Al final de todo, lo que aplaudo es la intención de incluir, el esfuerzo por una educación de calidad para todos, para que, en eso al menos, no haya ni diferencias ni excluidos, para que la pobreza de conocimiento no nos determine a tener una vida triste y pobre, porque la educación no solo sirve para ganar plata como profesional, la educación alimenta la mente y el alma y no nos podemos olvidar de ello.
Como la falta de educación y estudios es un factor importante las tasas de delincuencia, drogadicción, prostitución infantil, pobreza y tantos otros índices negativos, una educación de calidad para todos, es un paso importante en la lucha por incluir al excluido y ahora esa lucha esta En tus Manos.
Sigue en twitter a @eduacion2020 os.

martes, 19 de octubre de 2010

Teleton, un esfuerzo por incluir


Se pueden decir muchas cosas sobre la Teletón, buenas y malas. Podemos decir que ha sido todo un aporte en abrir posibilidades de rehabilitación a las personas que no tienen ingresos suficientes para costear tratamientos que en Chile son carísimos. Podemos criticar su campaña televisiva para recaudar dinero, decir que las empresas auspiciadoras ganan más que lo que donan y acusar mal uso de los fondos y todas esas cosas. Todo lo anterior tiene algo de verdad, en todo en la vida podemos encontrar cosas buenas y malas. De seguro en la Teletón trabajan algunos frescos que quieren hacerse ricos, de seguro alguna empresa piensa más en su negocio que en ayudar, y todo eso debe cambiar. Pero hay algo más importante y grande que todo eso, la Fundación Teletón es un intento por incluir al excluido.
Nos gusta demasiado quedarnos con lo negativo sin valorar lo positivo. Y no se trata de justificar lo malo o las malas prácticas, se trata de entender que en la vida hay errores y aciertos, que hay que atacar los errores y corregirlos, pero que hay que valorar los aciertos e incentivar a extender lo bueno que ya se ha hecho. Entonces, nos hace bien recordar cuantas posibilidades de hacer una vida “normal” tenían las personas que sufren alguna discapacidad física o daño cognitivo antes de que teletón y otras fundaciones se esforzaran por poner en la mesa el tema de la discapacidad. Nos haría bien valorar las miles de personas que han trabajado y trabajan en Teletón entregándose por completo a la tarea de entregar atención integral a quienes lo necesiten, creando conciencia de integración, pero aun mas importante, entregando amor al excluido.
El trabajo de prevención y de integración que hace Teletón es gigante. Gracias a esta y otras fundaciones tenemos leyes que favorecen la no discriminación y la adaptación de nuestro mundo excluyente para quienes tienen dificultades para hacer lo que hacemos todos y de la misma forma. Hace 30 años ningún edificio público tenia ramplas de acceso para minusválidos y ni siquiera era noticia, porque no nos importaba.
La Teletón es importante porque ayuda a la gente, de seguro tiene muchas cosas que mejorar y limpiar como organización, pero unirse a una campaña que ayuda a tanta gente, que sin la Teletón no podría salir adelante, es un gesto de amor y humanidad. Solo piensa en las miles de personas que tienen una oportunidad en la vida gracias a la rehabilitación que le ofrece la fundación, eso no deja de ser valioso. Debe ser por nuestra costumbre de fijarnos más en las instituciones que en las personas, hay mucha gente buena en Teletón, que entrega su servicio con amor y compromiso.
Por último, si es importante limpiar a la Teletón de tanto rostro farandulero que solo quiere pelearse unos minutos de pantalla al lado del guatón Francisco, la fundación es mucho mas que eso, es una institución que con el compromiso de su gente, ha logrado cambiar en algo la conciencia de este país sobre nuestros hermanos discapacitados, poniendo un poco de justicia y fraternidad en el trato con estos hermanos, incluyéndolos a la sociedad y aceptándolos como lo que son…personas!

domingo, 17 de octubre de 2010

En busca de los que no están.


Ir en busca de los que no están es seguir el ejemplo de Cristo. Ya lo decía en su parábola del buen pastor, dejo quietas a 99 ovejas, para ir a buscar a la oveja perdida. Fue en busca del alejado, del que estuvo y ya no está y del que nunca ha estado.

La misión de Jesús en la tierra está llena de gestos de inclusión. Comía con los pecadores, sanaba al leproso, llamo como apóstol a un Levita, habla con la mujer Samaritana. Son todos gestos de acercamiento a sujetos excluidos por el judaísmo. Pero Jesús no se conformaba con solo acoger a quienes se le acercaban, a menudo era Él quien salía en busca de las personas, es Cristo quien viaja por toda Judea para expandir su mensaje, es Él quien llama a Zaqueo.

Esto me hace pensar en nuestra labor misionera. Justamente, el sentido de romper las fronteras es ir en busca de los que no están, de los marginados, de los que no conocen a Jesús y tal vez no tienen posibilidades de conocerlo. No se trata de obligar, sino, de tender la mano, de entregar con el testimonio el amor de Dios.

Y pienso en esto porque sigo viendo que a veces buscamos a las “mejores” personas para invitarlas a nuestra comunidad o incluso como destinatarios de nuestra misión. Entonces, en la iglesia, sucede mucho que invitamos al grupo juvenil al que nos parece más adecuado, al que reduce las posibilidades de fracaso del proyecto. Es decir, le hablamos al que nos da más seguridad que nos escuchara. El mensaje de Cristo es todo lo contrario. Hay que correr el riesgo de hablarle al que no me dará respuesta. Hay que invitar al que más alejado esta. Es justamente a los que “se portan mal” a los que Jesús quiere cerca de él. Es a la oveja perdida, descarriada, a la que el Buen Pastor sale a buscar, es al pecador al que hay que acercar. Pero también al indiferente, o al que siendo “bueno” no conoce a Dios o no lo acepta, ese, no es enemigo, al contrario, es un amigo más en la mesa del Señor.

Por eso hay que tomar riesgos, hablar con él no creyente, con el cristiano alejado por nuestras propias miserias como iglesia, con el drogadicto y el ladrón, con el que se ha equivocado más de alguna vez. Hay que acercarse al que sufre, porque para él es la misericordia de Dios, para los oprimidos es la libertad que ofrece Jesucristo.

Cristo no es solo para los educados y refinados, tampoco solo para los que piensan o actúan como él, no es para los que se creen santos, sino para los que saben que no lo son. Cristo es para todos, y preferentemente para el pobre y el excluido, para el que sufre. Debemos acercarnos al que no nos entiende, al que no comparte ni entiende la creencia en Cristo. El cristianismo no debe basarse en enemigos, sino, en amigos, no debe pensar en detractores ni adherentes, debe pensar en hijos del Dios vivo, a quien este quiere entregar su amor y su mensaje. No nos equivoquemos, la tarea más importante es llegar a los que no están, no sentirnos cómodos con los que ya están y cerrar la puerta, debemos estar atentos y vigilantes, prestos y diligentes para recibir al hermano.

sábado, 16 de octubre de 2010

Alambre de púa



Por Nathan Stone sj


Acuérdate de Jesucristo, que resucitó de entre los muertos y es descendiente de David. Ésta es la Buena Noticia que yo predico, por lo cual sufro y estoy encadenado como un malhechor. Pero la palabra de Dios no está encadenada... 2 Timoteo 2:8-9


En mis andanzas matinales, pasé por un sector de la playa recientemente encerrada detrás de un cerco de dos metros que termina arriba con alambre de púa, angulado hacia fuera, para que nadie pueda entrar. Adentro, no hay nada, salvo un poco de basura levantada por los remolinos. Lo que fue, alguna vez, la belleza natural de la costa, roquería y arena en su danza interminable con el oleaje, quedó arruinada, fatalmente afeada, por el afán de conservar y protegerla para algún grupo privilegiado y, además, ausente.


Mucho más allá del abuso de la concesión marítima, en una patria que reconoce su playa como tesoro nacional para todos, sentí que estaba delante de un monumento a la paranoia ambiental, propia de nuestros tiempos. Ocasionada por el sensacionalismo mediático, poco a poco, ha transformado la personalidad colectiva de la cultura occidental. Quienes éramos, alguna vez, creaturas compartiendo un planeta proveedora, fuimos transformado en consumidores por el modelo económico. Ahora, lo hemos comido todo, se acaban los recursos, y nos sentimos víctimas, aterrorizados por enemigos imaginarios que vienen a llevarse lo poco que queda.


Por eso los muros altos y el alambre de púa. Nos hemos condenado a vivir a la defensiva, asustados, acumulando terreno para uno, sin jamás pensar en compartir con los demás, porque sería muy riesgoso. La nueva idolatría se centra en la diosa seguridad. Los excesos de la prevención de riesgo, (lo que el abuelo llamaba sentido común), paralizan al trabajador y estorban el andar del peregrino. Nos morimos congelados, prisioneros tras barrotes hechos por nosotros mismos. Sin embargo, la palabra de Dios no está encadenada. Vive aún.


La Iglesia, envuelta en la misma cultura de seguridad, se ha dedicado a levantar muros y extender alambre de púa, creyendo que así realiza las glorias del Reino, protegiendo el depósito de la verdad revelada, para que el ladrón no pueda entrar de noche y desordenar todo. Gastamos mucha energía constatando quién está dentro, y quién queda fuera, asegurando la puerta con requisitos, trámites y burocracia. Los hijos del rigor, hoy en día, no tienen lugar para los leprosos del evangelio. Los incluidos por Jesús quedan excluidos por la paranoia ambiental. La flexibilidad de un corazón compasivo no cabe, pues, constituye un riesgo para las sagradas y exactas doctrinas sin las cuales, muchos creen, nos vamos todos al infierno.


Y sin embargo, una playa con cerco y alambre de púa ya no es un paraíso de belleza y descanso. De igual modo, un reino sin misericordia, tras muros altos, sujeto a juicios categóricos y rigideces, no es el Reino de Dios. En nada se parece a la visión de Jesús. Al defender y protegerla, la hemos desfigurado irreconociblemente.


El seguimiento de Cristo no es una propuesta para cobardes y miedosos. En la misión, no hay medidas de seguridad y, junto a los mártires de antaño, asumimos los riesgos. Por el Resucitado, hemos de disponernos para estar encadenados como malhechores. El discipulado de Cristo es riesgoso, y es libre, sin fronteras. Por amor, en agradecimiento por nuestra liberación, nos ponemos la camiseta de Cristo, asumiendo los peligros, para luego, con él, compartir su gloria.

njs.sj.amdg

TO.28.2010.C.Alambre de púa

Reyes 5:10, 14-17, Sal 97, 2 Timoteo 2:8-13, Lucas 17:11-19


jueves, 14 de octubre de 2010

Fin de la huelga, comienzo de algo


Después de casi tres meses de huelga de hambre mapuche, los últimos diez comuneros en Angol, decidieron deponer la huelga, aceptando los gestos que el gobierno hizo para la solución del conflicto en particular y atendiendo a razones humanitarias.

Con el fin de la huelga de hambre se abre una nueva etapa, que esperamos sea mas fructífera que los últimos doscientos años. En efecto, las demandas del pueblo mapuche son muchas más y de mayor profundidad que la sola reforma de la ley antiterrorista. Es importante que la opinión pública entienda que el pueblo mapuche es mucho más amplio que 34 comuneros e incluso que la CAM. Que la

s mas de 2000 comunidades mapuches existentes tienen realidades y necesidades variadas, algunas son comunes, otras, particulares.

Importantes también es aclarar que no solo hay demandas “históricas” sino otras muy actuales. Los comuneros, aunque tengan sus tierras en forma regular, siguen teniendo problemas con sus derechos de aguas, cuestión que les impide, en parte, desarrollar la actividad productiva que más frutos puede darles, la actividad forestal. Al igual que el pueblo Rapa Nui, el pueblo mapuche está viendo como su lengua, parte importante de la cultura de cada pueblo, se ha ido perdiendo. Ven como el Estado Chileno no ha hecho esfuerzos por preservar el mapudungun, como hasta e los colegios rurales se enseña inglés, pero ni en las escuelas de alta afluencia mapuche, se introduce el mapudungun.

Y claro, tenemos situaciones históricas que solucionar, pero que afortunadamente tienen soluciones que podemos imitar de otros países. El tema de la autonomía territorial sigue siendo una solución sin discutir. El hecho de darle al pueblo mapuche cierta autonomía sobre un territorio delimitado puede parecer alocado, pero es una solución que han adoptado varios países de Latinoamérica y el resto del mundo. Y no tiene otra base que reconocer que habitaron nuestras tierras antes que nosotros y que viven según una cultura y una cosmovisión que en varios aspectos, es incompatible hasta con nuestro sistema jurídico.

Aunque, claramente, la integración del pueblo mapuche, necesita de un gesto que se les ha negado por años, que es el reconocimiento constitucional como pueblo originario. Lamentablemente el proyecto de reforma constitucional que otorga reconocimiento a los mapuches como pueblo originario, ya no ostenta el estado de urgencia que había impuesto el ejecutivo, haciendo su tramitación aun más lenta en el Congreso.

Claramente hay temas políticos, jurídicos, técnicos y sociales que hay que discutir, el momento es ahora. El gobierno y el pueblo mapuche deben conversar y actuar para cambiar progresivamente la actualidad de las comunidades mapuche, para integrarlos a la identidad nacional sin alterar mayormente su cultura y sus raíces. Es hora de integración y aceptación, de justicia y fraternidad, porque no es una lucha, debe ser un proceso de colaboración.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Migrantes en Latinoamerica

Texto de la declaración final del pre-foro sobre inmigrante y refugiados en latinoamericana.

LA COMPAÑÍA DE JESUS ANTE LA MIGRACIÓN

El desafío de las migraciones es una prioridad apostólica para el cuerpo universal de la Compañía de Jesús. Dado que es un fenómeno cada vez más globalizado, exige una respuesta articulada a nivel mundial.

En el marco del IV FORO SOCIAL MUNDIAL DE MIGRACIONES (FSMM), OBRAS Y APOSTOLADOS DE LA COMPAÑÍA DE JESUS A NIVEL GLOBAL hemos desarrollado un PREFORO SOBRE MIGRACIONES, del 4 al 6 de octubre de 2010, en Quito, Ecuador, con la asistencia de 94 personas de 29 países de los 5 continentes, con el fin de buscar prioridades de actuación y procesos y formas de articulación de nuestros apostolados a nivel global.

Después de una reflexión compartida desde las perspectivas económico‐política, socio‐cultural y teológica‐pastoral, tomando en cuenta los desafíos particulares de las diferentes regiones del mundo, nos parece importante insistir en las siguientes consideraciones.

Sostenemos que:

Es importante destacar el derecho de toda persona a vivir, trabajar y realizarse humanamente y en plenitud en su lugar o país de origen. Pero cuando ello no es posible, también enfatizamos el derecho a buscar mejores condiciones de vida fuera de su lugar de origen, sea atravesando alguna frontera internacional o sea dentro de su propio país.

Los participantes de este Preforo denunciamos:

Cualquier forma de violación de los derechos humanos de personas migrantes.

La estigmatización mediática y social y la criminalización por parte de los Estados de la migración irregular.

La negación sistemática por parte de muchos Estados a otorgar la debida protección internacional a solicitantes de asilo y refugio, lo cual les deja en situación de extrema vulnerabilidad.

Las políticas migratorias restrictivas, que se centran en detención, deportación y control fronterizo.

El consecuente fortalecimiento de redes de trata y tráfico de personas, muchas veces vinculadas a la corrupción e impunidad estatal.

El modelo de desarrollo desequilibrado, promovido por corporaciones multinacionales, que prioriza el mercado por encima del desarrollo humano, y que tiene como consecuencias:

La destrucción medioambiental y extracción de recursos naturales, forzando el desplazamiento de poblaciones enteras.

La explotación laboral de personas migrantes.

La vulnerabilización particular de mujeres y menores de edad.

Demandamos:

La ratificación universal de la Convención internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares de 1990.

La protección internacional efectiva de solicitantes de asilo y refugio.

Políticas migratorias integrales e incluyentes que aborden no sólo la migración laboral, sino también sus dimensiones cultural, social, religiosa y política.

La protección de los derechos de las personas, independientemente de su estatus administrativo migratorio, con particular atención a sectores vulnerables como mujeres y menores de edad.

Respeto al derecho de los pueblos indígenas sobre sus tierras y recursos.

Un modelo de desarrollo sostenible y centrado en las personas.

Nos comprometemos a:

Partiendo del acompañamiento directo, reflexionar sobre temas prioritarios, para hacer frente a la estigmatización y criminalización de las personas migrantes, y para incidir en políticas migratorias más justas y humanas.

Crear una red global ignaciana de migraciones para fortalecer nuestra respuesta como cuerpo a este desafío global.

Colaborar con otras instituciones y organizaciones que tienen una misión afín a la nuestra.

Potenciar la solidaridad y colaboración Norte‐Sur y Sur‐Sur para buscar políticas migratorias y modelos de desarrollo más justos.

Conclusión

Jesús nos enseñó a orar, “Padre Nuestro”. Como jesuitas y colaboradores trabajando con y para personas migrantes, refugiadas y desplazadas, creemos en un mundo más inclusivo en el que todos los hijos e hijas de Dios podrán vivir en justicia y fraternidad.

Quito, 7 de octubre de 2010

jueves, 7 de octubre de 2010

Salvado en la Esperanza













No pude evitar lanzar lagrimas de emoción, cuando, en vivo, un operador de las sondas de búsqueda, desobedece las ordenes de sus superiores y nos contaba a todos por televisión que un papel colgado desde el martillo de la sonda, confirmaba con letra temblorosa que los 33 mineros estaban vivos en el refugio con el que tanto costo dar. Están vivos, esa es la gran alegría del país hoy.
Mucho se puede decir después de estos dos meses. Mucho se podrá argumentar sobre la supervivencia de los mineros, sobre su incomparable resistencia física y mental, sobre su experticia en la mina, que todo eso los ha mantenido con vida. Sin duda alguna, todo eso es cierto. Sería ingenuo negar tales afirmaciones. Pero siempre creo que hay algo más que los datos estadísticos, algo más que regla de laboratorio. Quizá ese mimo “algo” es el que mantenía a los familiares y amigos apostados en el campamento Esperanza, con la convicción de que sus familiares y amigos atrapados en la mina, estaban con vida. Había duda y desesperanza, cansancio y miedo, pero siempre hubo algo que mantuvo los corazones y ojos despierto, que logro que n o abandonaran el campamento después de dos semanas de, casi solo, malas noticias.
Esperanza. Si, no solo es el nombre del campamento formado casi espontáneamente en el yacimiento, sino, es la fuerza que mantuvo vivos a los mineros. Como no sentir que la esperanza se convirtió en el mejor hidratante y el mejor de los alimentos, para levantar el alma de 33 hombres perdidos en las entrañas de un cerro al que conocían hace ya tiempo y que, caprichosamente, se convirtió en su más negro enemigo. No estamos solos, parece ser el pensamiento que embarga a los hombres perdido
s bajo la tierra. Eso me pareció oír cuando en una de las cartas, un minero pedía paciencia a su familia, porque pronto los rescatarían. Era la certeza de que sus seres querido no dejarían de luchar para encontrarlos, la que les permitió vencer el hambre y el miedo, para esperar por el rescate. Nunca antes, el ruido de un metal rompiendo la piedra fue tan dulce para estos 33 sufrientes, que como niño antes de navidad, escribieron con letras de amor, mensajes de esperanza para sus familias y para todos los chilenos.

No cabe duda que la esperanza, alimentada por el amor y el ardiente deseo de ayudar a estos hombres a salir con vida de ese caprichoso cumulo de roca desplomada, ha sido el motor de una lucha que, sin duda, es más agotadora que la espera que vivieron sus familiares. Es la esperanza que Dios pone en nuestros corazones, es la certeza de que no estamos solos, de que hay alguien aquí y nos sacara pronto de la oscuridad. La esperanza es certeza en medio de la incertidumbre.
Y ha sido la esperanza lo que ha sostenido a estos 33 hombres. Porque la certeza de que todo un país hace fuerzas para que salgan de ahí con vida y el hecho de saber que hay todo un operativo de rescate montándose para salvarlos del encierro, ha ya modificado su realidad actual, porque ya tienen algo ganado, ya están trabajando para sacarlos, y aunque todavía no llega el día, ese futuro próximo ha influido en su presente, afectando su ánimo y su disposición, dándole fuerzas para luchar contra la adversidad. Esa es la esperanza de Dios.
A pocos días de su rescate, la esperanza es más fuerte, porque se termina de concretar en la liberación del encierro. Solo es de esperar que Dios los acompañe, y así será.

Hablar con Dios

El equipo de pastoral juvenil diocesana te invita a participar de un taller de oración Taize (movimiento de oración oriundo de España) y compartir junto a otros jóvenes la experiencia de hablar con Dios.
Una manera sencilla de contactarte con El Padre, escuchar su voz y conocerlo mas intimamente, para rpofundizar en el conicimiento de ti mismo y de la esperanza Cristiana. Sabado 9 Octubre a las 21:00 hrs. en Iglesia San Francisco, en el marco de la asamblea juvenil Diocesana

lunes, 4 de octubre de 2010

Ponte la Camiseta


El equipo se Pastoral Juvenil Diocesana de Antofagasta ofrece una experiencia espiritual para jóvenes, de acercamiento a Cristo. Una experiencia para encontrar el camino y comenzar el compromiso de servir a Dios y a los hombres. Para incluir al que aun no se acerca a Dios.
De 15 a 20 años, descarga tu ficha (columna lateral, con información necesaria) y reenviala apjantofa@gmail.com
Valor: 2.000 pesos
Mujeres: 16-17 octubre
Hombres:22-23 octubre

sábado, 2 de octubre de 2010

Un acuerdo para avanzar.


82 días de huelga de hambre fueron necesarios para alcanzar un acuerdo entre el Estado y el Pueblo Mapuche. El día de ayer supimos con alegría que los presos mapuche de Concepción, Lebu y Temuco deponían huelga de hambre aceptando las propuestas del gobierno y dando paso a un importante y complejo proceso de dialogo, para solucionar la tremenda deuda que nuestro país tiene con el Pueblo Mapuche. Dejanso eso si, pendiente la situación de los presos del penal de Angol, quienes no aceptaron el acuerdo de la mesa de dialogo.

Que duda cabe que esta ha sido una situación extremadamente tensa y dramática. hicieron falta que pasaras casi 50 dias para que los medios de comunicación y el gobierno tomaran en serio una situación que se volvía peligrosa para la vida de los comuneros en huelga. No fue fácil, la mayoría no entendía lo que los comuneros mapuches pedían. Dijeron que los mapuches pedian impunidad, que su demanda era ilegitima, que reclamaban por tierras que regalaron por barriles de agua ardiente y tantas otras cosas.

Mientras toda la atención estaba centrada en el rescate de los mineros en Copiapo, el desinterés generalizado por el tema mapuche, recrudecía la herida infligida por la indiferencia de un país que se jacta de su democracia, pero que niega a sus pueblos originarios. El gobierno se demoró en dar pasos concretos y la gente se demoro en demostrar solidaridad nuestros hermanos sufrientes.

Sin duda, la intervención de la iglesia Católica (que comienza con la declaración de la conferencia episcopal) fue fundamental en la mesa de dialogo (con el apoyo de Moneñor Ezzati y los gestos de religiosos y laicos, fundamentales para la conciencia ciudadana. porque al fin y al cabo, lo que estaba en juego en esta situación, era nuestra capacidad de actuar con caridad en la verdad, de lanzarnos en búsqueda de la justicia mas allá de ley, con medios también justos.

No podemos dejar de pensar en que todo este conflicto no es mas que la consecuencia de un actuar erróneo e injusto, totalmente falto de caridad y fraternidad. Hoy se dio un paso importante, se abre la puerta de un proceso de dialogo que ponga justicia en el trato a nuestros hermanos mapuche, pero también hay muchos otros que necesitan que nos movilicemos por ellos, como Rapa Nui, los atacameños, aimaras y otros pueblos originarios de nuestra tierra. Aquí no termina nada, aquí empieza todo. Los mismos que con vehemencia quisimos denunciar las injusticias contra los mapuches, debemos seguir, debemos seguir avanzando en búsqueda de la justicia, la fraternidad y la unión.
Por ultimo, no podemos olvidar que siguen algunos comuneros en huelga y eso debe solucionarse, y por supuesto, que las soluciones deben llegar a todas las comunidades mapuches de Chile, sin excepción.




viernes, 1 de octubre de 2010

Mi amigo Lázaro

By Nathan Stone sj

Había un hombre rico que se vestía de púrpura y lino, y todos los días celebraba espléndidos banquetes. Y había también un pobre, llamado Lázaro, tendido junto a la puerta y cubierto de llagas. Lucas 16:19-20

Ay, de los que se sienten seguros en Nueva York, Tokyo y Roma, sin afligirse por la ruina de África y América Latina. Es un escándalo, el rico vestido a la moda en el barrio alto de la ciudad que ignora a aquél que se alimenta de las migajas que caen de su mesa, en los campamentos de vida marginal. Se llama Lázaro, y tiene algo imprescindible para ofrecerte.

La gente acomodada se justifica así: Claro, el mundo es un desperdicio, pero no hay nada que puedo hacer. Mientras tenga mi ingreso asegurado, vacaciones, previsión de salud, y no moleste a nadie, que me dejen tranquilo. Me porto bien, porque quiero irme al cielo cuando muera. No me pueden pedir más. No puedes vivir así. El Reino de los Cielos comienza con la compasión concreta aquí y ahora.

Amigo, no te imaginas la vida cotidiana de Lázaro, tu hermano. Te causa espanto, y por eso, te alejas. Te haces la idea que Dios ha castigado a Lázaro. Pero no es cierto. Tú lo castigas, con tu indiferencia. Sin embargo, el Reino consiste en pan para el hambriento, libertad para el cautivo y justicia para Lázaro.

Pon tu casa detrás de rejas, si quieres, en el barrio exclusivo, y contrata una empresa de seguridad privada. Que los indigentes vivan lejos, en otro continente, con sus guerras, desastres, insectos, enfermedades y hambrunas. Ay, del pobre que se atreve a vivir en el norte como extranjero. Ay, del rico que se pierde en el sur.

Pero te cuento un secreto. Lázaro no está tan lejos. Cosecha tu fruta y verdura. Se expone a pesticida, asbestos y veneno. Te trata con deferencia, y es invisible. Construye casas en las cuales no puede vivir. Prepara comida que no va a comer. Cuida a tus niños, y nadie cuida a los suyos. Termina rendido, deportado y encarcelado. Dios se compadece de su dolor.

¿Eres capaz de compadecerte? Tu indiferencia ante el dolor ajeno te deshumaniza. Daña tu conciencia, y transforma tu lujosa comodidad en un infierno egocéntrico, un exilio solitario, como el niño que nunca aprendió a compartir. Te has colocado al otro lado de un abismo intransitable, marginado del Reino de amor concreto y real.

La fría maquinaria de los tiempos modernos termina engulléndose a las personas. Muele el cuerpo de Lázaro, y a ti, te paraliza en el corazón. Te sientes impotente frente a la cruda verdad terrenal. ¿Qué puedes hacer, entonces? Para que no te quedes, al final de tus días, suplicando a Lázaro que moje la punta del dedo en las fuentes de la compasión para revivir tu alma desecada, sumérgete ahora en las aguas abundantes.

La Buena Noticia es que estamos a tiempo. Bautízate en el amor al prójimo. Practica la bondad, la misericordia y la solidaridad. No son teorías, sino tareas. Ten fe. Si cambias tu modo de proceder, se hace un puente entre tu mesa segura y la precaria realidad de Lázaro. El Reino de Dios es la comunidad de corazones apasionados por la justicia. Hagamos de este mundo un hogar para la viuda, el huérfano y el extranjero. El camino comienza contigo, hoy. No ignores a mi amigo Lázaro. Fíjate en él.

njs.sj.amdg

TO.26.2007.C.Mi amigo Lázaro

Amos 6:1-7, Salmo 145, 1 Timoteo 6:11-16, Lucas 16:19-31

Amor desde la Fragilidad

Los seres humanos somos frágiles. Nuestras debilidades y limitaciones, lo fácil que nos deprimimos, nuestros miedos, inseguridades y tantas otras cosas lo demuestran. Sin embargo, quizá es nuestra fragilidad lo que hace que necesitemos cubrirnos con falsos aires de poder. Hace que queramos explicarlo todo, pues tememos a lo desconocido, pretendemos dominarlo todo por miedo a que nos dominen, queremos demostrar que lo podemos todo porque no queremos parecer pequeños y frágiles. Hace dos meses un mega terremoto dejó en claro nuestra fragilidad y de todo cuanto podemos construir.

Quizá el centro de nuestra fragilidad esta en nuestras debilidades y limitaciones, en lo que no podemos hacer, en nuestra falta de poder sobre las situaciones. Tal vez por eso nos empeñamos tanto en hacer lo que nos gusta, porque las probabilidades de hacer lo que no nos gusta y salga bien son, a nuestro entender, mínimas. O porque estamos convencidos de que la libertad y el desarrollo espiritual están en nuestros gustos, escindidos del sacrificio y el esfuerzo. Sea por lo que sea, nos sentimos mas felices haciendo lo que nos gusta que lo que no. Es raro, porque el más grande acto de amor, la muerte en cruz de Jesucristo por los

pecadores, es algo que de seguro a nadie le daría gusto hacer, he ahí la diferencia entre gusto y amor, entre satisfacción y caridad.

Así, si revisamos las historias bíblicas o la vida de los santos, nos daremos cuenta, que si bien es el mismo Dios quien nos da virtudes y cualidades para servir a los hombres, también toma nuestras debilidades para su obra. San francisco era un aristócrata y termino fundando una congregación que nos invita a la vivencia pobre del evangelio. San Pedro, no era el más instruido de los apóstoles, fue el primer papa y en su primer discurso convirtió a 5000 personas. Otro ejemplo, aunque distinto, esta en aquel momento dende Jesús alimenta a 5000 personas solo con cinco panes y dos pescados.

Cuando Jesús nos dice que su reino es un reino de otro mundo, también nos dice que su poder es distinto al poder que nosotros conocemos, es un poder que nace de la fragilidad, o como diría Bentue, desde el Dios sufriente. Cristo nace en un pesebre. Muchas veces nos quedamos con la tierna imagen que hemos heredado de la tradición sin caer en la cuenta de lo que en verdad es un pesebre. Hablamos de un lugar donde viven animales que no se bañan a diario como nosotros. Los animales se alimentan y defecan en ese lugar, hay vacas y bueyes, burros y caballos. Hay ruido y malos olores, el piso es de tierra. Allí nace nuestro rey, que nace como cualquier niño, que llora al nacer porque le falta el aire y llena sus pulmones de oxigeno con el primer llanto. Que cierra los ojos porque le molesta la luz que hay fuera del vientre materno, o porque quizá no quiere ver este mundo tan distinto y mucho menos feliz que el mundo de su líquido amniótico. Esta es otra dimensión de la fragilidad de Cristo.

Y así, su muerte no es otra muerte, que la del más frágil e indigno hombre, según nuestros cánones mundanos. Muere solo, triste y abandonado, herido y humillado, pero dando su vida por amor, aún cuando todavía éramos pecadores. Su grandeza radica en su amor, en su entrega gratuita y generosa, en su poder liberador y sanador, pues su muerte nos sana del pecado y nos libera de la muerte.

Así vamos desplazando aquella idea de que en la vida debemos hacer solo lo que nos gusta. Pero no debe mal entenderse, la clave de todo es que la fuerza viene de Dios. Moisés era tartamudo y Dios lo envía a hablar con el faraón, hombre serio e insensible, sobre la existencia de un solo Dios que pide que su pueblo sea liberado. Moisés sabe que no habla como el mejor orador, pero se entrega por completo a la voluntad de Dios porque tiene la esperanza puesta en el poder divino. Sabe que será Dios quien hable a través de él y su tartamudez no será obstáculo para su tarea.

Así como Jonás se quiso ocultar de Dios por miedo a la tarea que Él le encomendaba, así suele pasarnos en nuestra vida. Y esa típica frase “quien soy yo para…” suele servirnos de cotidiana excusa. Si en nuestra vida diaria afirmamos nuestras cualidades, ante Dios parece ocurrir lo contrario, pues siempre decimos sentirnos indignos de servir al señor, cubriéndonos con una pequeñez, que más que humildad, es miedo solapado.

Con todo lo anterior he querido sentar una sola idea, la grandeza del amor de Jesucristo esta en su debilidad y fragilidad. Así, nosotros, frágiles y débiles, creados a imagen y semejanza de Dios padre, hemos de seguir el mismo camino. No solo hemos de servir a Dios con nuestras fortalezas o con lo que nos hace sentir útiles y dignos, eso podría contener algunos elementos narcisistas o egoístas. Pues si sirvo a los hombres en el nombre de Dios porque me hace sentir bien, solo estoy alimentando mi ego. Si por el contrario, lo que hay es un profundo deseo de servir, puesto por Dios en nuestro corazón, cimentado en el evangelio y tratando de escuchar su voluntad, entonces eso es amor. Pues es importante destacar, todo apostolado, o actitud “evangélica” ha de estar siempre centrada en el amor de Dios por la creación, que el mismo padre coloca en nuestro corazón. La ayuda o compañía por mera lastima, reduce el amor de Cristo a asistencialismo sin contenido. Solos no podemos nada, con Dios lo podremos todo, el Cristo quien lleva nuestras cargas, así como murió por nuestros pecados. Es Jesús quien nos libera con su resurrección, es su espíritu quien impulsa nuestro espíritu y salva nuestras imperfecciones para ayudarnos en la tarea de la construcción del reino

Finalmente todo esta en el deseo ferviente y alegre de amar y servir, pues cuando Dios pone en nosotros el deseo de amar y de sacrificio, serán un amor y sacrificio felices, que aunque a ratos pesen y duelan, serán entregados con gusto y felicidad, por amor, con total indiferencia (en el sentido ignaciano) haciendo solo lo que es mejor medio para el fin para el que Dios me ha creado, prestos y diligentes para cumplir su voluntad.