Una mesa para todos

En un mundo lleno de etiquetas y grupos excluyentes, se hace necesario hacer un lugar en la mesa para el marginado, para que deje de comer migajas y se siente junto a otros a la mesa. Incluir al Excluido es la tarea en este mundo. Salgamos en búsqueda de los que no están, hagamos un lugar al marginado en la mesa de la felicidad.
Mostrando entradas con la etiqueta pobreza. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta pobreza. Mostrar todas las entradas

jueves, 14 de julio de 2011

Debajo de la Mesa

En la línea del post anterior, profundizo la idea en el siguiente escrito.


Estos días he estado en Santiago, por las calles pueden verse los lienzos de los liceos en toma por el movimiento por la educación aun quedan resabios de pancartas y grafitis en contra de HidroAysen, posters en las paredes invitando a la marcha por la diversidad sexual y cuanta otra marcha o protesta haya ido convocada.

Hoy presencie la última parte de la marcha estudiantil, donde decenas de miles de jóvenes se manifestaban por el precario estado de nuestra educación y pedían cambios profundos, en busca de una mayor igualdad y una mejor educación que ayude a sacar de la pobreza y la ignorancia a millones de personas. Pero en medio de tanta protesta por la educación, hidroaysen, diversidad sexual, paro de Codelco, hay ciertas cosas que pasan piola que se nos meten por debajo de la mesa y quedan sin voz, porque nadie las escucha.

En estas semanas se ha estado discutiendo el salario mínimo, un mínimo tan necesario para los más pobres, que son los más afectados por las alzas de precios y que muchas veces no pueden optar a otra cosa que solo un salario mínimo, generalmente por limites educativos. Y me duele ver como esto pasa como si nada, el gobierno envía veto al proyecto por haber sido rechazada su propuesta, menos a la de la oposición, y nadie dice nada. Nos estamos acostumbrando a hablar de “debate nacional” en varias materias, pero nadie discute sobre el aumento del salario mínimo, ni siquiera hay suficientes estudios que se refieran al impacto del aumento del salario en el desempleo, como si a nadie le importara.

Este invierno está siendo de los mas fríos de la década con temperaturas extremadamente bajas, ya han muerto 5 personas por hipotermia y nadie dice nada. Son pocos lo que se preguntan porque hay cada vez mas adultos mayores en situación de calle, porque las familias abandonas a las más viejos y enfermos, sin juzgar a nadie (entendiendo que pueden haber heridas más profundas de lo que uno ve en ese actuar) y tampoco justificándolo. ¿Porque nos quedamos tranquilos sabiendo que hoy aun muere gente de frio por no tener un techo donde dormir? ¿A caso las protestas por una sociedad más justa e igualitaria no tienen que ver con que estas cosas no pasen? A veces se nos olvida que nuestras demandas deben estar dirigidas a que las cosas cambien en concreto, un sueldo mínimo justo  y digno, techo para los más pobres, una educación que nos ayude a desarrollarnos con la mayor plenitud posible en nuestra vida, no más hambre ni frio, no mas soledad.

Por eso quisiera tener la influencia necesaria para hacer un llamado a los medios de comunicación, a no dejar de lado cosas tan importantes como  las arriba mencionadas, no se nos pueden quedar bajo la mesa, pues son la base de nuestros deseos de cambio, son la muestra  concreta de nuestra desigualdad, de la herida de la indiferencia por el más necesitado, por el excluido. Que no se nos olvide, si los pobres y los indigentes no pueden marchar por sus derechos, seamos nosotros sus portavoces, sino, solo seremos una horda furiosa peleando por reforma de papel, sin pensar en el dolor concreto de millones de personas.

sábado, 25 de diciembre de 2010

Nacer en la Pobreza


DEL BLOG TERRITORIO ABIERTO, PAGINA DE JESUITAS EN FORMACIÓN VER MAS AQUI
Se acerca la Navidad y con ello las comidas familiares, las celebraciones, los regalos y las oraciones. Es tiempo de Adviento, y el pesebre me ha evocado dos sentimientos.
Leyendo el libro “La sociedad de la nieve”, que relata el accidente aéreo del año 1972 en el que un grupo de rugbistas uruguayos sobrevivió  en medio de la cordillera de Los Andes (excelente libro, lo recomiendo), he experimentado esperanza. Decidir comer la carne de los propios amigos, partir en medio de la nieve, sin fuerzas, para pedir el rescate de todos, abrazarse mutuamente para mantener vida… son diversas situaciones que vivieron a lo largo de ese tiempo de pobreza material los sobrevivientes uruguayos. Sin comida, con poca ropa, y experimentándose totalmente excluidos de la sociedad (de hecho, el primer mensaje radial que escucharon fue la suspensión de la búsqueda del avión), emergieron la solidaridad, el discernimiento y la entrega de la propia vida por los demás. ¡Qué potente es saber que lo que los mantuvo con vida en medio del frío fueron los abrazos que se daban los unos a los otros continuamente! El afecto humano da y mantiene vida.
Jesús elige nacer en la pobreza. Uno de los sobrevivientes mencionaba que al ser rescatados y volver al contacto con la “otra sociedad”, comenzaron a surgir el egoísmo, la soberbia y el protagonismo. Al parecer, sucede que cuando vamos cubriendo nuestras necesidades materiales y vemos que tenemos las cosas aseguradas, se va apagando el espíritu de solidaridad. Por ello, con el nacimiento de Jesús en medio de la pobreza, surge en mí la esperanza. En medio de la oscuridad de la noche, con incertidumbre, malas condiciones higiénicas y marginado de la sociedad, Jesús nace.
¡Qué ganas de hacerme pobre, de permitir que Jesús habite en mis fragilidades y dejarlo nacer ahí para ser “un hombre para los demás”!. Podríamos preguntarnos cuáles son aquellos gustos personales que nos aíslan de los demás y cuáles nuestras fragilidades… ésas en las que quiere nacer Jesús.
La incertidumbre es el otro sentimiento que me evoca el pesebre. Leyendo unas hojas del libro “Historia de la belleza”, de Umberto Eco, el autor reflejaba cómo, a lo largo de la historia, el ser humano tiende y desea lo bello. Me preguntaba entonces por el pesebre. No es bonito nacer en medio de la noche, apurado, dejado de lado por los demás. Sin embargo, el pesebre es algo bonito; de hecho, me evoca la armonía y belleza a la que tendemos como seres humanos. Es más, al pesebre le sumamos árboles navideños, botas, adornos y un “abuelito tierno” que trae regalos. Eso nos puede adornar una casa, pero a la vez hacernos olvidar que Jesús nació y sigue naciendo en medio de lo cochino y lo feo.
Cómo darme cuenta que Jesús sigue naciendo en baños de hospitales públicos, en una casa a oscuras. Negar un sueldo justo a un trabajador o dejar de lado a una persona en situación de calle que me pide algo, es decirle a Jesús “no tienes lugar aquí” (“quien hiciese esto al más pequeño de mis hermanos, a mí me lo hace”). Alguien señalaba la vergüenza que deber haber sentido la persona que le dijo a José y María “no tengo lugar en mi posada”, el encontrárselos en el cielo.
Incertidumbre me causa seguir negando un lugar en mi vida a otros con necesidad… a Jesús en medio de los que me rodean.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Punto Ciego: fotografía a la pobreza invisible






















Video gentileza de Daniiel Martinez.  Twitter @MAR7INEZ  www.improntacoaching.blogspot.com 


Hace unos días atrás, un amigo twitero me envió un link para compartir. Todo comenzó compartiendo información vía twitter y termino con ambos revisando nuestros respectivos blogs. El de el me pareció muy interesante y así se lo dije vía twitter. En respuesta, habiendo revisando esta web, me envía el vídeo que ven en el encabezado, una muestra de fotografías de la pobreza de los campamentos en nuestro país. Aquí públicamente, le agradezco a Daniel Martinez este valioso aporte.

Esta muestra fotográfica (presentada aqui como viedo, XD)  lleva por nombre Punto Ciego e intenta mostrar esa pobreza que nos gusta desconocer, ese lado del país que que solo sale en las noticias por algún delito, catástrofe o en algún programa que mas que reivindicarla la caricaturiza en virtud del rating. Y valla que lo logra. Son fotografias comunes, reales, sin mayor producción. Y muestran todo tal como es. La gente vive asi, es su vida, y muchas veces logran encontrar la felicidad en medio de esa realidad precaria, lejos de las oportunidades, de la solidaridad de las personas, lejos del recuerdo cotidiano y recordados por los políticos solo en cuanto su atención favorezca su prestigio político y traiga una cierta cantidad de votos, para cambiarlos por un buen puesto de poder, victimas de la cruel exclusión.


Una conversación que tuve el otro día con alguien por ahí, me hizo pensar en la poca conciencia que tenemos de nuestras miserias como sociedad y de lo caricaturizado que esta el sufrimiento ajeno, tratado como objeto, como experiencia linda de conocer...Alguien le decía a la hermana de un amigo mio, que estudio medicina en Cuba, que la envidiaba por haber tenido la oportunidad de experimentar la pobreza, la sencillez de la gente, las precariedades de la vida cotidiana y la fuerza de la gente que logra ser feliz a pesar de todo eso. Y yo le dije, basta con ir a un campamento para experimentarlo, o puedes irte a cualquier zona rural, donde los niños caminan una hora para llegar a su escuela, o tiene  que cabalgar una hora para comprar aceite o algún  elemento que no logre encontrar en su huerta.


Si, es importante y lindo experimentar la pobreza, pero para millones no es una experiencia, es su vida, así de simple. Ese es el punto ciego de nuestra sociedad, tratar como objeto, como experiencia el dolor y sufrimiento ajeno. La tarea no es vivir la "experiencia" de la pobreza y sentir que crecimos con eso y no comprometernos a luchar por su erradicación. La tarea y lo mas lindo, es entregarse por completo al servicio de los demás, a tiempo completo, con el alma involucrada, porque no debe ser una experiencia para uno, debe ser una entrega hacia los demás, eso es caridad y solidaridad.

martes, 30 de noviembre de 2010

Indigencia, escándalo visible.


Una singular campaña de MIDEPALN para promocionar el catastro calle 2010, donde se publican gigantografias en la calle de personas indigentes, desato un debate sobre la idoneidad de la campaña gráfica, cuestionamientos al gobierno y muchas otras reacciones. Sin embargo, creo que poco se ha hablado de la indigencia misma.

Uno se sorprende que haya gente que agradece la campaña, porque le ayuda a entender la indigencia y que, el mismo ministro Kast, declare que la campaña busca hacer visible la indigencia. Yo te pregunto ¿Cuánta gente has visto durmiendo en la calle? De seguro más de 10 en toda tu vida, y de seguro me quedo ultra corto con el número. El problema, es que, a pesar de ver, no nos escandaliza. Que otro ejemplo más claro de la “visibilidad” de la indigencia que el Hogar de Cristo, que todos conocemos, que nace como refugio de personas en “situación de calle” (aunque me cargue esa denominación).

La pregunta es ¿por qué no nos escandaliza ver gente viviendo en la calle?  A veces, creo que nos hemos acostumbrado a las fallas de nuestro sistema. Que creemos que la gente de la calle esta ahí porque se lo merece, porque hizo las cosas mal, que es parte de la vida, que siempre existirán personas asi, que se yo. Y tal vez, los más seguro es que la gente indigente o en situación de calle (como nos gusta decir) haya cometido más de algún error en la vida. Y justamente es ahí donde aparece la crueldad del sistema y de esta sociedad individualista. Los errores no se perdonan, estamos marcados por la eficiencia y por los esquemas trazados. Si te equivocas o eres distinto estas condenado al fracaso, o a desgarrarte en el intento por revertir ese resultado.  Y a veces la solidaridad no alcanza para el que se equivoca ni para el que por razones ideológicas, culturales, étnicas, económicas, religiosas, etc., tiene mil obstáculos mas que saltar para acceder a las mismas oportunidades que otros.  Hablamos de la sociedad de las oportunidades, pero ¿ quién nos da la oportunidad de cambiar y mejorar?

Pero como todo está ahí, donde parece que siempre ha estado ¿para qué cambiarlo? Entonces el sufrimiento ajeno parece un elemento por  defecto, algo que no se puede cambiar, o no se quiere. Y la verdad, es que las palabras del padre Hurtado, sobre el sentido de urgencia, se vuelven más urgentes que nunca. No es normal que haya gente durmiendo en la calle mientras otros duermen en sabanas que cuestan más que darles camas a 50 personas. Eso es un escándalo, Cristo no acepta ni aceptara eso.  Pero es difícil, la sociedad se deshumaniza y el sistema en pleno nos quiere convencer de que todo está bien, que todo es normal, que exista un sufrimiento marginal que como la cesantía, es estructural. Mentira. Nadie merece vivir en una pobreza que le hace daño, ni nadie merece vivir en una riqueza exagerada, que no hace más que cubrir sus carencias interna y congelarle el corazón ante el sufrimiento humano.

Hay que escandalizarse, somos parte de un sistema enfermo y que para ser sanado, necesita que nos convirtamos en glóbulos blancos atacando el virus, multiplicándonos para enfrentar una gran infección. Hay que accionar, es urgente, moverse, demostrar descontento y hacer algo por ello. Lucha contra la pobreza y exclusión. Como abogados, busquemos justicia; como médicos, demos salud; como políticos, propiciemos equidad y justicia; como voluntario, entrega el alma en tu labor. Actuar para mover un cambio es urgente. Mirar al lado para ver la realidad sufriente es el primer paso, sin necesidad de gigantografias, el dolor real es el verdadero gigante