Una mesa para todos

En un mundo lleno de etiquetas y grupos excluyentes, se hace necesario hacer un lugar en la mesa para el marginado, para que deje de comer migajas y se siente junto a otros a la mesa. Incluir al Excluido es la tarea en este mundo. Salgamos en búsqueda de los que no están, hagamos un lugar al marginado en la mesa de la felicidad.

sábado, 15 de enero de 2011

Elección de carrera

                                                
Me imagino las miles de cosas que deben pasar por las cabezas de tantos imberbes  estudiantes egresados de cuarto medio, mientras deciden qué carrera elegir como futura profesión. A corta edad debemos elegir lo que haremos, seguramente, por los próximos 50 años de nuestra vida, a que dedicaremos nuestro tiempo y sacrificio, de qué forma pasaremos por este mundo, si atendiendo enfermos o en una oficina tomando decisiones importantes. Es algo fuerte si uno lo toma desde ese punto de vista.

La elección de carrera aparece como algo mucho más profundo que optar solo por qué carrera estudiar o si será en la universidad o en instituto, o si no estudiar y mejor trabajar, o emprender con un proyecto propio, etc. Y cuando pensamos que estamos sometidos a demasiados estímulos que nos llevan a pensar en el éxito personal excluyendo el bien común, se vuelve algo preocupante.

Elegir carrera no es fácil, a esa edad se desconocen muchas cosas que son fundamentales para esa elección. Pocos tenemos claro, a esa edad, que queremos hacer de nuestra vida, no tenemos grandes proyectos y no tenemos claro ni siquiera para que somos buenos. Uno elige carrera siguiendo al padre, o, en la mayoría de los casos en que uno es primera generación universitaria, siguiendo a amigos, tendencias, encuestas y una serie de elementos objetivos que pocas veces tienen que ver con el desarrollo práctico de la profesión. Unos te dicen que te guíes por el campo laboral, otros por el sueldo, la proyección, el status socio-económico, etc. Otros te dirán que te realices con lo que más te gusta, pero son pocos los que te guían a un equilibrio entre algo que te guste, sea factible y sobre todo, ayude a otros.

Extrañamente, la elección de carrera no se asocia mucho a la elección de profesión. Cuando entre a estudiar derecho, la mayoría desconocía el quehacer diario del abogado, y sé que en muchas carreras pasa lo mismo. Una vez un amigo me conto que cuando entro a estudiar sicología, la mayoría declaró en el primer día de clases, haber entrado en la carrea para auto descubrirse y comprenderse, cosa que en realidad, según sicólogos, no sucede, porque el objetivo es otro.

¿Qué pasaría si comprendiéramos que la elección de carrera implica una opción de trabajo y que con ese trabajo se puede ayudar o perjudicar a muchos? Nuestra opción debería estar encaminada a encontrar un buen lugar donde servir, encontrar el camino marcado por nuestros dones y cualidades, pero también, que contenga sacrificios para ayudar a otros. 

Debemos descubrir donde nos quiere poner Dios para mas amar y mejor servir. Tengo un amigo que podría tener mucho éxito como ingeniero aquí en Chile, pero decidió postular a Un Techo para mi País en Venezuela, para abrir la oficina de esta institución en ese país, agitado y complejo. El está tratando de servir donde más se necesita. No se trata de siempre irse de aquí, necesitamos  mucho y a muchos para pensar eso. Pero a veces el éxito nos aleja del bien, y si aprendemos a celebrar el fracaso, podremos hacer mucho mas por los que sufren y necesitan. Una elección de carrera es una elección de camino, delo medio para llegar al máximo bien.

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