Una mesa para todos

En un mundo lleno de etiquetas y grupos excluyentes, se hace necesario hacer un lugar en la mesa para el marginado, para que deje de comer migajas y se siente junto a otros a la mesa. Incluir al Excluido es la tarea en este mundo. Salgamos en búsqueda de los que no están, hagamos un lugar al marginado en la mesa de la felicidad.

martes, 21 de junio de 2011

El desafío de la unidad



Chile vive una época convulsionada. Se han sucedido una serie de protestas ciudadanas para demostrar el descontento con el panorama político y pedir reformas profundas y urgentes. Hay preocupación por la crisis energética y la ambiental, por la hecatombe de la educación y del sistema de salud público, escalofríos por la horrible desigualdad social y una necesidad urgente de disminuir la delincuencia y la violencia. Pareciera que los últimos 20 años pasaron muy rápido, y que todo lo que se reconstruyó con la vuelta de la democracia ya quedó obsoleto. Quizá marca el fin más claro de la transición, para dar paso a una ciudadanía que quiere diseñar un país con más altas exigencias democráticas, ya no solo con lo que se puede, sino con lo que se debe y se quiere.

En esta lógica ha transcurrido lo que parece la segunda parte de la “revolución pingüina”, pero que ahora es más profunda e incluye la educación superior,  con universitarios y profesores invitados al reparto, marchando y manifestándose por un cambio en la calidad e igualdad de la educación chilena.  Y así nos hemos quedado viendo y participando de un nuevo movimiento por la educación, que desplazo la atención pública de HidroAysen a las tomas de liceos, colegios y universidades, esperando que esta vez el poder político no lo ahogue y minimice como ocurrió con la revolución pingüina original, que termino con una comisión que llegó a una conclusión tan básica como que era necesario reformar la LOCE.
Aunque lo difícil está por venir. Porque hasta ahora todo transcurre como siempre, un gran problema, un gran descontento, pero varias propuestas y visiones, varios grupos y demasiados intereses. Entonces el desafío por delante es como llevar a la meta, triunfante, un movimiento tan importante y trascendental. El desafío es avanzar en la unidad, sin llegar a la uniformidad, sino en diversidad, hasta llegar a un punto donde encontremos una solución concreta que produzca un cambio profundo.

Lo complejo es como desarrollar estrategias de entendimiento y participación amplia entre profesores y estudiantes. Como lograr que la mayoría del alumnado participe utilizando los canales correspondientes de participación, como hacer que los profesores se comprometan al cambio de la educación y participen de la solución, aunque la mayoría de los docentes no esté afiliada al colegio de profesores. Como hacemos para que los partidos políticos no se roben este movimiento para fortalecer sus cuadros o utilizarlo de moneda de cambio, porque si bien este es un problema político-social, hoy los partidos, que no son representativos de la participación ciudadana, no pueden pretender que la solución salga solo de ellos, pues la mayoría de la ciudadanía quedaría excluida.

La participación es fundamental, el orden también, así como la apertura y el dialogo. Nadie es dueño de la verdad ni de la educación, si un sector determinado pretende imponernos a todos de sus propuestas  sin tomar en cuenta a los demás, no está haciendo nada distinto a los últimos gobiernos, porque impone su verdad, sin dialogar y compartir en la unidad y comunión con el resto de las personas, lo que al final sigue siendo poco democrático, una cosa es convencer y otra imponer, el convencimiento necesita de un ejercicio dialéctico, donde el debate es enriquecimiento y no lucha, para llegar a una verdadera síntesis (disculpen por lo reduccionista de mi ejemplo de dialéctica Heggeliana)

Entonces las preguntas están lanzadas ¿Cómo se fortalecen los canales de participación estudiantil, para que la mayoría participe? ¿Cómo logran los docentes articular su participación si su ente representante no cuenta ni siquiera con la filiación de un cuarto del profesorado? ¿Qué estrategias de trabajo y debate utilizamos para que la reforma sea producto de un debate ciudadano y representativo? Ojala se me ocurrieran las mejores respuesta.



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